
Esta película narra los hechos acontecidos en el año 1995, que hicieron posible la participación del equipo nacional de RUGBY en el país de Sudáfrica.
Como ya es muy recurrente en el cine, el argumento es tomado de un libro llamado “EL FACTOR HUMANO”.
Las críticas luego de su estreno han sido diversas, y van desde los elogios sobre aciertos en la forma narrativa y actuaciones notables como la de MORGAN FRIEEMAN, hasta el descontento por la escasa dramatización y poca profundidad en algunas partes del argumento, que no colmaron las expectativas centradas en su gran productor Clint Eastwood.
Esta historia inicia con la un feed back narrativo de los hechos sucedidos luego de la salida de Nelson Mandela de la prisión, y la forma como los medios de comunicación tomaron no solo esta noticia, sino también su elección como presidente tras los comicios electorales del país salido recientemente de la época del APARTHEID.
Inmediatamente el hilo de la historia es tomado por el personaje de FREEMAN quien capta el interés por su particular forma de ejercer liderazgo durante el argumento de la historia y en el desarrollo de las escenas.
La narración tiene algunas mezclas con feed back para reforzar el mensaje del momento, y situar al espectador realmente en el contexto emocional y emotivo. La historia cuenta la forma como el liderazgo de Nelson Mandela en la política definió de manera inteligente una estrategia política para reconciliar a los sectores enfrentados durante el apartheid, a través de un deporte como el rugby que concentra sueños y esperanzas que son comunes en cualquier persona de un país, más allá de sus convicciones ideológicas y su pasado histórico.
Sobre la construcción de escenas, se trabaja mucho con planos medios que dan mucha expresividad en ellas y a las posturas de los personajes.
Existe saturación y contraste en los colores de las escenas, ya que se desea imprimir fuerza emotiva y pasional en el mensaje, reforzando esta característica del argumento: una historia en la que converge las pasiones de un líder, un equipo deportivo y de un pueblo dividido históricamente.
Finalmente, el pico emotivo de la narración se presenta en la parte del torneo de rugby, donde se manifiestan en los actores las expectativas y angustias por cumplir con el compromiso asumido con el país y con Mandela.
En estas escenas se observan planos medios, largos y extremadamente largos para situar al espectador en la majestuosidad de un estadio, donde los eventos deportivos cobran vida propia y albergan multitudes y emociones.
Esta narración tiene una temporalidad precisa, con un final (como también el inicio) cumbre que dibuja el éxito de la estrategia de Mandela, y de quienes la llevaron a cabo tras asumir también el objetivo del líder sudafricano.
2. ANÁLISIS DENOTATIVO:
La película transmite un mensaje muy directo, que tiene que ver con la filosofía de vida del personaje de MANDELA: el perdón es la única arma suficientemente fuerte como para lograr cualquier campaña u objetivo, reconciliar lo irreconciliable, construir sobre una sociedad dividida por su dolorosa historia una nación con valores de fraternidad y de intereses comunes.
El continuismo de una tradición de odio y separación en una sociedad y entre personas, solo puede llevar a profundizar más las diferencias.
La figura de Mandela como líder político es novedosa, ya que al asumir el gobierno de Sudáfrica asume una política opuesta a lo que la historia universal señala como tradicional, que hubiera sido la reivindicación de la nueva mayoría que llega al poder, para asumir la supremacía.
El mensaje de la película nos remite también al perdón como valor de vida personal, como ese insumo que nos lleva a fortalecer y engrandecer nuestros corazones. Esta idea se desprende de las palabras que Matt Damond intercambia con su novia una noche antes de un encuentro del campeonato mundial de Rugby, donde recuerda conmovido la pequeña celda donde vivió prisionero por más de dos décadas Mandela y se cuestiona cómo alguien se prepara por tanto tiempo en cautiverio para salir y perdonar a quienes lo privaron de su libertad.
La sola idea de perdonar totalmente nuestras propias miserias y errores es tan temible como la de perdonar a quienes nos han causado daño en alguna oportunidad, pero este es el mensaje personal que trasmite esta película.
El perdón nos conducirá a la victoria, solo el perdón nos hace invencibles, y como es necesario conocer el poder del perdón, es importante conocer el valor de la victoria, ganar y sentirse plenamente realizado.
El continuismo de una tradición de odio y separación en una sociedad y entre personas, solo puede llevar a profundizar más las diferencias.
La figura de Mandela como líder político es novedosa, ya que al asumir el gobierno de Sudáfrica asume una política opuesta a lo que la historia universal señala como tradicional, que hubiera sido la reivindicación de la nueva mayoría que llega al poder, para asumir la supremacía.
El mensaje de la película nos remite también al perdón como valor de vida personal, como ese insumo que nos lleva a fortalecer y engrandecer nuestros corazones. Esta idea se desprende de las palabras que Matt Damond intercambia con su novia una noche antes de un encuentro del campeonato mundial de Rugby, donde recuerda conmovido la pequeña celda donde vivió prisionero por más de dos décadas Mandela y se cuestiona cómo alguien se prepara por tanto tiempo en cautiverio para salir y perdonar a quienes lo privaron de su libertad.
La sola idea de perdonar totalmente nuestras propias miserias y errores es tan temible como la de perdonar a quienes nos han causado daño en alguna oportunidad, pero este es el mensaje personal que trasmite esta película.
El perdón nos conducirá a la victoria, solo el perdón nos hace invencibles, y como es necesario conocer el poder del perdón, es importante conocer el valor de la victoria, ganar y sentirse plenamente realizado.
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